Fuentecapala cerrará su producción en Navalmoral y despedirá a sus 37 trabajadores

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Adiós definitivo a la producción textil de Fuentecapala en Navalmoral y despido de los 37 trabajadores que le quedaban a la empresa en su sede original. El comunicado de prensa de la empresa es muy claro. Navalmoral dejará de ser referencia de tipo alguno para la firma textil, cuya marca seguirá viva a partir de la producción del producto en mercados ajenos al español.

La deslocalización de Fuentecapala ya era un hecho con el traslado de su producción en el pasado a Portugal y con la trepidante pérdida de empleo que tuvo que afrontar la factoría morala, que en los últimos años, a través de sucesivos expedientes de regulación de empleo (EREs), había pasado de 242 trabajadores a solo 37.

La nota de la Dirección de Fuentecapala señala que va a cesar la actividad productiva en Navalmoral después de más de medio siglo de aportación a la sociedad morala y extremeña, un cese que achaca a la crisis económica y a cómo ésta está afectando al sector textil y al mercado de la moda.

Dice Fuentecapala que seguir produciendo en España, y en concreto en Navalmoral, supone “una pérdida de competitividad” y que ha hecho todo lo que ha estado en su mano para que la producción se mantuviera en la capital del Campo Arañuelo “por ser parte de su sello de identidad”.

Ahora, la única presencia en España de Fuentecapala será su sede central, ubicada en Madrid.

El lugar donde empezó todo

No hay que olvidar que Fuentecapala se fundó en Navalmoral de la Mata en 1963 de la mano de la familia Vargas, por lo que el centro de producción de la población extremeña era algo más que un centro de producción, ya que arrastraba connotaciones especiales.

La empresa señala que la producción desaparecerá en Navalmoral, pero que se dejarán operativas “las actividades de valor añadido, marketing, ventas y distribución”.

El comunicado de la empresa llega después de que los sindicatos alertaran de que Fuentecapala iba a dejar de producir en Navalmoral e iba a proceder al despido colectivo de los 37 trabajadores que sobrevivieron a los EREs sucesivos emprendidos por la empresa, alguno de los cuales recibió un serio revés por parte de la administración regional y de la Justicia.

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