En el mes de agosto, Navalmoral Digital ya avanzó la inequívoca intención de la Central Nuclear de Almaraz (CNA) de construir un Almacén Temporal Individualizado (ATI) con el fin de almacenar en él los residuos nucleares de alta actividad, esto es, aquellos que más perduran en el tiempo sin desintegrarse.
La causa no era otra que los retrasos y dudas existentes con respecto al proyecto de construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC), el cementerio nuclear central de toda España que está proyectado en Villar de Cañas (Cuenca) y que va a recibir todos los residuos radiactivos de larga duración de todas las zonas nucleares españolas; pero ahora, con el cambio de gobierno en Castilla-La Mancha, dicho cementerio nuclear está en el aire.
Primeros pasos administrativos
Por ello, ya se han dado los primeros pasos administrativos para que la Central Nuclear de Almaraz lleve adelante la construcción del ATI. Y es que, según publicó hace unos días el Boletín Oficial del Estado (BOE), se han iniciado los trámites relativos al proceso de evaluación del impacto ambiental del proyecto, un proyecto que supondrá un elevado coste.
Actualmente, CNA acumula sus residuos radiactivos de larga duración en dos piscinas. Los últimos datos existentes, correspondientes al inicio de 2015, fijaban el grado de ocupación de la piscina de la Unidad I en un 84,52% y el de la Unidad II en un 79,90%. Las estimaciones fijan que la primera estará saturada en 2020 y la segunda en 2022.
Por eso, a la factoría nuclear le urge tomar una decisión si el proyecto de Villar de Cañas se estanca, más aún cuando en 2020 pedirá una prolongación del permiso de funcionamiento de la planta, que iría, de aprobarse, más allá de la vida útil programada en un principio para la instalación.
Los propietarios de Almaraz, que son los mismos que los de Trillo, ya tiene experiencia en estas lides, las de construir un ATI. Porque la Central Nuclear de Trillo cuenta con uno.
