“Hemos sido traicionados en nuestra confianza”. Así de rotundo se mostraba el pasado viernes el director de la Central Nuclear de Almaraz (CNA), José María Bernaldo de Quirós, cuando se le preguntaba por el caso que llevó al despido de buena parte de la plantilla de bomberos que operaban en la instalación nuclear contratados por la empresa Falck SCI, empresa que sigue trabajando con la central, ya que su contrato, según explicó Bernaldo de Quirós, no expira hasta final del presente año.
El caso saltó a las portadas de los medios nacionales y el director de la central reconoce que la imagen de la factoría de energía almaraceña ha quedado muy dañada: “Es un daño enorme a nuestra imagen”, reconoció.
La falsificación de registros por parte de los bomberos de la empresa contratista, que incumplieron las rondas de vigilancia horaria, supuso el despido de 23 bomberos, que ha sido considerado procedente por la justicia. Y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha abierto un expediente a la central, que puede recibir una dura sanción administrativa.
Lo que sí ha querido dejar claro el director de la planta es que nunca hubo riesgo para la seguridad de la instalación a raíz de la mala praxis de los bomberos.
