Bajar el Puerto de Miravete conduciendo a ciegas se antoja difícil, pero aún más complicado parece completar esa misma acción en la estrecha y sinuosa carretera que enlaza la parte baja del puerto con la población de Casas de Miravete.
Esa hazaña fue completada el sábado por el mago y escapista Alfred Cobami, que contó con la ayuda del conocido mentalista Anthony Blake, que viajaba en otro coche metros por delante trasmitiendo de una forma ‘sui generis’ el recorrido a Cobami. El hilo de transmisión, según el espectáculo de ambos mentalistas: la telepatía. El descenso de los dos coches descapotables por la N-V, todo un desafío.
Acompañado por un cámara de televisión y por el periodista moralo Miguel Ángel Marcos, Cobami condujo durante 5 kilómetros completamente a ciegas, con algodones sobre los ojos, vendas por encima y encapuchado. No fue fácil, pero consiguió su objetivo, inédito a nivel nacional, ante la admiración de los vecinos y periodistas que no se perdieron la inolvidable y mágica cita.
